Parece que últimamente se está poniendo de moda en la industria cosmética anunciar los productos como cruelty free, libre de parabenos … Son afirmaciones que no me gustan nada, y os explico por qué.

La industria cosmética, igual que la farmacéutica y la de alimentación, son sectores muy regulados, no sólo en nuestro país, sino en la mayoría (Europa, Estados Unidos, Asia…). La lista de ingredientes que puede llevar un producto, y sus cantidades máximas están definidas en base a lo que los estudios han demostrado que es seguro para nuestra salud.

Parabenos

Por lo tanto cuando decimos que un producto no lleva un ingrediente, como por ejemplo los parabenos, damos a entender que los parabenos no son buenos y que el producto que los lleva es malo y no deberíamos comprarlo.

Los parabenos pueden estar asociados a la incidencia de ciertas enfermedades, pero las dosis que los vinculan con estas son tan altas, que deberíamos bañarnos todos los días en crema, durante toda nuestra vida, para que pudiesen ser malos para nuestra salud.

Por el contrario, son imprescindibles para preservar los productos y evitar que crezcan bacterias que no sólo pueden producir reacciones o acné, sino también ser malas para nuestra salud.

Cuando un producto no lleva parabenos sólo quedan 2 opciones: o lleva algún otro ingrediente para preservar el producto, o son productos naturales sin conservantes con una caducidad muy corta y un riesgo muy alto de que se estropeen y no lo notemos hasta aplicarlo en la cara.

Los productos 100% naturales que no llevan conservantes acaban desarrollando moho y crecen las bacterias en ellos con bastante facilidad y más rápido de lo que imaginas. Lo malo es que hasta que no pasa un tiempo ni lo vemos, pero nuestra piel si lo nota, ya que nos pueden salir reacciones fuertes por culpa de estos «bichitos».

Los parabenos son ingredientes con una infinidad de estudios científicos independientes sobre sus efectos y dosis recomendadas. Muchos más que cualquier otro conservante para cosmética. Así que si nuestro producto no los lleva, pero tiene una fecha de caducidad superior a 1-2 meses, llevará otros conservantes diferentes. Y ahí el riesgo está en que puede que esos otros conservantes no tengan tan mala fama como los parabenos, pero lo que es seguro es que sus efectos están mucho menos estudiados. Por lo que nadie nos asegura que no se descubra alguna relación con enfermedades aún peor que los parabenos.

Libre de tóxicos

Esta es una afirmación que muchas veces me ha llevado a no comprar un producto. Me parece vergonzoso que se juegue con el miedo para vender.

No hay productos tóxicos a la venta. Imaginad que esto mismo lo dijesen de un alimento. ¿Qué implicaría? ¿Qué la leche, por ejemplo, que está al lado de esta si tiene tóxicos? Ilógico, ¿verdad?

Pues es lo mismo con los medicamentos y los cosméticos. Ninguno lleva tóxicos. NINGUNO. Por lo tanto, decir que el tuyo no los lleva, e insinuar que el resto de marcas si, es una táctica de marketing vergonzosa.

Cruelty Free

Aquí entramos en un tema de creencias y valores de cada uno, pero creo que es bueno aclarar lo que de verdad significan los logos de Cruelty free que vemos en algunos productos.

Hay 3 categorías o logos que utiliza la industria actualmente. Cada uno de los logos que vemos en los productos está asociado a una organización que lo concede a una marca o producto en base a una condiciones.

  • Cruelty-free International. Es el logo o certificado más fiable de todos. 
    • Programa: Leaping Bunny
    • Organización: CCIC & BUAV
    • Hay un proceso de certificado en el que las empresas deben aportar documentación y pruebas de que no sólo ellos no realizan pruebas en animales, sino también todos sus proveedores. De forma que todos los ingredientes de sus productos son cruelty free.
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  • Cruelty Free.
    • Programa: Beauty without bunnies (belleza sin Conejos)
    • Organización: PETA
    • Para conseguir este “certificado” las empresas simplemente rellenan un formulario web y afirmar que no hacen test con animales. No tienen que aportar pruebas ni se realiza ningún control por parte de PETA, por lo que la fiabilidad es mínima.
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  • Not tested on animals. Se utiliza sobre todo en marcas australianas, por lo que no es tan común verlo.
    • Programa: Choose cruelty-free
    • Organización: CCF
    • Las empresas firman un documento legal en el que aseguran que no testan con animales y deben aportar pruebas documentales de ello. En estas pruebas se incluyen también los ingredientes que se adquieren a terceros. Y deben renovar la documentación cada año.
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Hay otra forma de saber con seguridad si una marca hace test con animales, y es si vende en China. Como probablemente sepáis, China obliga a todas las marcas que venden sus productos en este país a testarlas en animales. En Europa y Estados Unidos, por ejemplo, están prohibidos los test en animales. Podemos ver el caso de que una marca afirme no testar en animales en los productos que venden en Europa, pero a su vez esté vendiendo en China. Esto significa que el producto que has comprado se ha fabricado bajo los principios de cruelty free, pero esa marca si realiza test en otros productos que vende en otros mercados.

Como véis no todos los logos o afirmaciones cruelty free son fiables. Si realmente es un tema que es importante para vosotros, no os quedéis con un logo de marketing, buscad información sobre la marca.

Testado dermatológicamente o testado contra alergias

Estas afirmaciones se suelen hacer para asegurar que el producto no nos va a provocar ninguna alergia, pero es algo que las marcas no pueden afirmar.

Cada uno podemos ser alérgicos a diferentes componentes, o puede que nuestra piel no los tolere bien. Hay alergia a componentes de lo más comunes, que en principio no es común que generen reacción.

Y no sólo el ingrediente en si puede provocarnos reacción, también puede depender de la cantidad que está incluida en la fórmula. Por ejemplo, a mi me ocurre con el aceite de escualano. Es un aceite seco no comedogénico, ideal para pieles grasas y que no obstruye los poros. Cuando es parte de un producto, mi piel lo tolera muy bien. Pero cuando se trata de aceite puro al 100%, después de unos días usándolo me empiezan a aparecer granitos al bloquearme los poros.

Por esto es importante que sepamos leer las etiquetas e identifiquemos aquellos ingredientes que sabemos que no nos van bien o que, por nuestro tipo de piel, pueden no ser los más adecuados. También es importante identificar cuales no deberíamos ver en un producto y cuáles si son buenos aunque a primera vista no lo parezca, como los alcoholes, de los que hay algunos que son muy beneficiosos para la piel.

La moda del “… free” o “libre de…” no justifica la compra de un producto por si sola. Debemos informarnos sobre aquellos que realmente nos interesa y no fiarnos de frases comerciales. Y los productos que no hacen estas afirmaciones no son peores ni mucho menos. Probablemente esas marcas sean incluso más honestas.