Cuando vemos el efecto que hacen los ácidos exfoliantes en nuestra piel es fácil emocionarse y pasarse usándolos. Te explico cómo saber si te has pasado exfoliando y qué hacer.

Lo primero de todo es que no te asustes. Es algo relativamente normal que nos ha pasado a la mayoría de los que usamos ácidos. Lo importante es aprender a detectarlo, cuidar y recuperar bien la piel, y conocer nuestra piel a fondo para saber sus límites y que no nos vuelva a pasar.

Pero ten claro de que eso de «para estar guapa hay que sufrir» no aplica a la piel. Ningún producto debe picarte ni enrojecerte la piel. Olvídate de eso de que «si pica es que hace efecto». La piel hay que mimarla y cuidarla. Y si algo te pica, es que no te va bien y es muy agresivo para ti.

Aunque las primeras veces que uses algún ácido, sí que puedes notar un poco de picor y enrojecimiento, pero debe ser algo tolerable y durar muy poco rato.

La barrera protectora de la piel, manto ácido o manto lipídico

La barrera protectora de la piel, también conocida como manto ácido o lipídico, está compuesta por lípidos en su mayor parte, que son las ceramidas, el colesterol y los ácidos grasos. Nos protege de las agresiones externas como la polución, los rayos UV o infecciones que provocan granos, y también cumple una función muy importante en mantener la hidratación de nuestra piel.

Cuando está sana y cuidada, y tiene todos los elementos que necesita, nuestra piel no sólo está más protegida frente a agresiones externas, sino que está menos sensible, tiene menos arrugas y se ve más flexible, saludable y bonita.

Por todo esto es muy importante cuidarla bien y «alimentarla» con esos ingredientes que la mantienen sana. Y, sobre todo, no dañarla, lo que sucede cuando usamos limpiadores agresivos, con un pH superior a 6,5 aproximadamente (aquí te explico qué productos son los adecuados para la limpieza), o cuando nos pasamos con los exfoliantes y/o ácidos.

Cómo saber si te has pasado exfoliando

La sobre-exfoliación sucede cuando nos hemos pasado exfoliando la piel, tanto de manera física, como con químicos. Los ácidos que exfolian, y por lo tanto pueden provocarnos sobre-exfoliación son: vitamina C, retinol, AHAs (ácido láctico, ácido glicólico, ácido málico…) y BHA (ácido salicílico). Debes mirar si los productos que estás usando los llevan en su composición. Por cierto, el ácido hialurónico no es un ácido, no exfolia.

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Cuando nos pasamos con la exfoliación dañamos la barrera protectora, y entonces aparecen estos síntomas:

  • piel tirante, sobre todo en zonas como la frente.
  • además de tirante está muy brillante, como pulida.
  • más sensible de lo normal, enrojecida e incluso algo hinchada.
  • si tu piel es seca, pueden aparecer descamaciones en algunas zonas.
  • pero si tienes la piel tirando a grasa, la notarás más seca de lo normal.
  • pueden aparecer granos, aunque esto también está asociado a la purga que provocan los ácidos los primeros días.

Sobre todo los 3 primeros síntomas de la lista son los que te pueden indicar que te has pasado exfoliando. Aunque alguno de estos efectos te puede parecer hasta positivo, no te engañes, estás dañando tu piel. Y una de las consecuencias que puedes tener es que aparezcan manchas, que luego puede ser difícil eliminar, y granos que dejen marcas.

Ten en cuenta que cuando hablamos de exfoliación no sólo se refiere a usar los ácidos que te nombro al principio. Si usamos exfoliantes con granito o cepillos eléctricos tipo Foreo o Clarisonic, también estamos exfoliando. De hecho estos exfoliantes físicos son mucho más agresivos con la piel que los químicos. Es por eso que a mi no me gusta nada usarlos y hace mucho tiempo que dejé de utilizar el Clarisonic en la cara por completo. Sí que sigo utilizándolo en el cuerpo, porque la piel es más resistente, y últimamente he descubierto el cepillo para aplicar maquillaje que es una maravilla.

Cómo recuperar la piel

Si has llegado a la conclusión de que te has sobre-exfoliado, lo primero que debes hacer es dejar de usar los productos exfoliantes y activos (retinol, vitamina C, AHAs, BHA, cepillos tipo foreo o clarisonic, exfoliantes físicos, toallitas…). Mételos en el armario y no los vuelvas a usar hasta que hayas recuperado por completo la salud de tu barrera protectora. En el caso de la vitamina C guárdala en la nevera para que no se oxide muy rápido y te dure más.

El siguiente paso, super importante, es usar protector solar. Deberías usarlo siempre, en verano y en invierno a diario, incluso aunque no vayas a salir de casa. Ya que es el mayor antiedad que hay, y si no lo usas, el trabajo que haces cuidando la piel y los productos que aplicas es en balde.

Y cuando usamos ácidos es aún más importante, ya que aumenta el riesgo de que nos salgan manchas si no protegemos bien la piel. Pero en el caso de que te hayas pasado exfoliando, ese riesgo es aún mayor. Hemos dañado la barrera protectora de la piel y nuestra protección frente a los rayos UV es menor de lo habitual.

Minimiza tu rutina al máximo, no sólo se trata de dejar de usar los activos o ácidos. Reduce la rutina a los básicos más imprescindibles.

Lo siguiente será recuperar y sanar esa barrera protectora. Para eso tendremos que «alimentarla» con los elementos que la componen de forma natural: ceramidas, colesterol y ácidos grasos libres. Una crema que ayuda mucho a recuperar la barrera es la de Dr.Jart+ Ceramidín, que tiene como principal ingrediente las ceramidas.

Yo me pasé con los ácidos al principio de usarlos. Me fascinaron tanto los efectos positivos en mi piel que quise correr demasiado y apliqué durante 3 días seguidos la Vitamina C, además de usar un día el BHA. Como mi piel aún no estaba acostumbrada a los ácidos, me pasé. Ahora si que puedo hacer esto, pero me gusta ir con cuidado por si acaso.

Recuperé la piel usando la crema de Dr. Jart+ Ceramidín, y también la de Mizon de caracol. Aunque la de Mizon no repara la barrera de la piel, sí que ayuda a curar heridas, aporta hidratación y refresca. Y este duo de cremas fue perfecto para mi. Además, estuve reaplicando ambas cremas varias veces al día, y por supuesto el protector solar. Puede sonar raro lo de re-aplicar la crema sin retirar el protector solar, pero verás que tu piel agradece todo lo que le pongas que ayude a recuperarla. Recuerdo la sensación de que la mía se “bebía” la crema de Mizon.

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También es importante que trates la piel con mucho cuidado. Está más sensible de lo normal, por lo que tienes que aplicar los productos muy suavemente, intentando no frotarla ni irritarla más de lo que ya está. Ponte la crema a toquecitos muy suaves y no la frotes con la toalla al lavarla.

Cómo evitar que vuelva a pasar

Todo este proceso de reparar la barrera protectora de la piel puede durar unas 2 semanas. No quieras correr volviendo a la rutina normal a los pocos días. Dale tiempo a tu piel para que esté recuperada del todo.

Y cuando hayan pasado esas 2 semanas mínimo, y veas tu piel bien, ya puedes volver a utilizar tus ácidos. Pero ten mucho cuidado. Ve introduciéndolos muy poco a poco para evitar que vuelva a pasarte:

  • empieza usando sólo uno de los ácidos
  • aplícalo sólo un par de días a la semana
  • ve subiendo muy poco a poco la frecuencia, si ves que tu piel lo aguanta
  • cuando veas que tu piel ya tolera bien un ácido, puedes introducir el segundo, pero no los uses el mismo día. «Hazle hueco», es decir, si el primero lo estás usando ya a diario, sustitúyelo por el segundo producto 2 días a la semana.
  • ve muy lentamente aumentando la frecuencia de uso
  • y sobre todo, al menor signo de sensibilidad y de que es demasiado para tu piel, da un paso atrás.

Mantener en tu rutina productos con ceramidas sólo te puede aportar beneficios y reforzar aún más la barrera protectora de tu piel. No es un ingrediente que sólo debas usar cuando la tienes dañada. Sobre todo en invierno intento que mis cremas lo lleven entre sus ingredientes. Yo ahora mismo lo tengo en el tónico de Olivarrier, que es ideal para invierno por lo que hidrata.