Una pregunta que me hacéis a menudo es cómo podéis adaptar la rutina entre verano y otoño, o los meses de calor y los de frío.

Normalmente asociáis estos cambios con tener que comprar nuevos productos, pero hoy vamos a ver cómo hacerlo con el mínimo de gasto posible.

Las necesidades de nuestra piel cambian con la estación del año

Seguro que te has dado cuenta de que tu piel no se comporta igual en verano que en invierno. Una vez que tenemos claro cuál es nuestro tipo de piel, solemos buscar productos para ese tipo siempre, y pensamos que no cambia. Pero el calor, el frío, la humedad, e incluso el estrés, hacen que nuestro tipo de piel sea diferente.

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Os cuento mi caso. He vivido 13 años en Barcelona y mi piel ha sido siempre mixta con tendencia a grasa, y en verano algo más grasa. Pero al mudarme a Madrid, una ciudad mucho más seca que Barcelona, mi piel ha pasado a ser mixta tirando a seca en invierno. Y al llegar el verano, a pesar de la sequedad, me vuelven los problemas de exceso de grasa en las aletas de la nariz.

Por eso mis rutinas varían, son más sencillas en verano, pero en invierno tienen más pasos. Podéis ir viéndolas en mi instagram, donde os voy explicando los cambios que hago.

Aumentar la hidratación

Este es uno de los puntos por los que más me preguntáis. No sólo depende del tiempo o la estación del año, pero es común notar que nuestra rutina se queda corta en hidratación en ocasiones.

Lo primero que pensamos es que hay que cambiar la crema hidratante y comprar una más densa, pero hay un método de hidratación coreana que funciona muy bien y puede ayudarnos con esto sin tener que comprar nada nuevo.

Este método es el de la hidratación por capas. Aquí os explico en detalle cómo funciona y os recomiendo algunos productos. Resumiendo se trata de aplicar varias capas seguidas de un tónico. Para eso es importante tener un tónico hidratante en la rutina, que sea suficientemente ligero como para poder aplicar más de una capa, pero a la vez que hidrate bien y no se quede en una mera bruma sencilla. Y por supuesto que no sea un tónico astringente o con alcohol, o el efecto será el contrario, nos deshidratará la piel. A mi me encantan para eso 2 de mis tónicos favoritos: el de Missha y el de Klairs.

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Este método de las 7 capas consiste en poner sucesivamente 7 capas del tónico hidratante que elijamos o de varios similares. Pero yo no suelo recomendar poner tantas capas. Normalmente con poner 2 o 3 capas es suficiente. Y verás como tu piel está mucho más hidratada sin comprar productos nuevos.

También podemos hidratar por capas combinando otro productos ligeros. Si os fijáis en mis rutinas, en invierno veréis que incluyen varios de estos productos hidratantes, como lociones, tónicos o esencias. Yo uso tantos porque pruebo muchos productos y me resulta más sencillo añadir uno o varios en base a lo que me pide la piel, pero si no fuese por el blog simplemente con un buen tónico y/o una loción hidratante sería suficiente.

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Gracias a esto no tengo la necesidad de cambiar de crema hidratante. Mi piel agradece las texturas ligeras de las hidratantes típicas de verano, las que son tipo gel. No me gustan las que son densas. Pero con el frío mi piel pide más hidratación y la consigo con esas capas extras de tónicos y lociones, sin renunciar a mi crema en gel.

No guardes el protector solar aunque se acabe el verano

El protector solar debe ser un básico en tu rutina, todos los días, haga sol o no, e incluso aunque no salgas de casa. Es el antiedad más potente que hay y si no lo usas, todo lo que gastes en mejorar tu piel será dinero, tiempo y esfuerzo tirado a la basura.

Yo aprovecho los días de piscina o playa para gastar aquellos protectores solares que no me gustan demasiado para el día a día, o que no se llevan bien con el maquillaje.

Un protector solar ligero nos va ideal para verano, cuando el calor hace que nuestra piel produzca más grasa. Mi favorito para esto es este de Shiseido.

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Cuando llega el frío podemos seguir utilizando el mismo solar si vemos que nos va bien, aunque cuando se nos acabe, cambiar a uno más hidratante como el de Klairs, puede ayudarnos a dar el extra de hidratación que nos pide la piel, sin tener que añadir más productos a nuestra rutina.

El extra de las mascarillas de noche

Hay mascarillas de noche con diferentes beneficios, pero la mayoría de ellas comparte el de aportar un extra de hidratación a la piel. Aunque hay algunas que por su texturas las agradecemos más en verano o en invierno, no es necesario tener diferentes. Si hay una que te va bien puedes usarla todo el año.

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En verano notarás que tu piel no la necesita tanto, y que con 1 o 2 días a la semana es suficiente. Cuando llegue el frío puedes usarla más a menudo e ir adaptándolo a lo que veas que tu piel te pide.

Toca reparar los daños del sol

Acabado el verano, y cuando ya no vamos a tomar más el sol, llega el momento de ponernos manos a la obra y reparar los daños. El sol rompe el colágeno y hace que nos salgan arrugas y la piel pierda firmeza. Y otro de los daños más comunes son las temidas manchas.

Aunque se pueden seguir usando los activos y ácidos en verano, siempre con prudencia, cuando acaba el verano es el momento ideal para empezar con ellos si nunca te has atrevido.

Mi trío favorito es retinol, vitamina C y ácido glicólico. Aunque los 3 comparten algunos beneficios, yo uso cada uno para esto: retinol para las arrugas y la firmeza, vitamina C para las manchas y luminosidad, y glicólico para mejorar la textura de la piel y exfoliar.

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El retinol es la estrella en los ingredientes que nos ayudan a reparar el daño del sol. Promueve la producción de colágeno, reduce las arrugas y ayuda a eliminar las manchas. Si nunca te has atrevido con él, no le tengas miedo y lánzate, por algo es el ingrediente con más estudios que demuestran su eficacia y el que usan todos los dermatólogos. Aquí tienes una guía para saber cómo aplicarlo y con qué productos empezar.

La vitamina C es otro de mis ingredientes favoritos, pero hay que elegir muy bien qué producto usamos porque no todas las fórmulas son igual de efectivas ni mucho menos. Aquí tienes una guía de cómo usarlo y qué producto son más eficaces. Al igual que el retinol nos ayuda a producir colágeno, lo que reduce las arrugas y aumenta la firmeza de la piel. Pero para mi es muy efectivo con las manchas y además aporta una luminosidad preciosa.

El ácido glicólico es un AHA, al igual que el ácido láctico, el mandélico, tartárico… Yo prefiero el glicólico porque es el que mejor le va a mi piel. Me ayuda a exfoliar la piel suavemente a la vez que aumenta la hidratación de la piel, además de ayudar también con las manchas.

Sólo si después de estos trucos ves que tu piel necesita algo diferente, es cuando te debes plantear comprar algún producto nuevo.